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LA VIDA ES UN POQUITO EN DIOS...

Siempre que lanzamos buenos deseos
Al Universo… nunca se sabe cuándo
Los sabios los retornaran a ti. 

Vive y se siempre el mejor,
No el mejor para que el mundo te vea por egos
Vive y se el mejor para ti y por ti,
Que no existan vacíos en tu ser,
Que sea tu Alma la que disfrute el vivir,
En esta historia bonita llamada vida. 

A veces hará cansancio
Detente por unos momentos
Contempla el horizonte por unos segundos
Y sin dudar sigue adelante,
Que esos sueños se trasformen en metas
Y estos en el éxito de tu voluntad.
Cuando llegue el justo momento perfecto
En esa cúspide por unos instantes
Solo por unos segundos
Sentirás a Dios.

Te dará una mirada de amaneceres
Un abrazo de atardeceres
Y en un susurro de arpegios escucharas
Como el aletear de una mariposa
Mil bendiciones, sigue así debes continuar!!!
allí un par de lágrimas brotaran de tu alma
esas que el aire secara
no todos tienen la dicha de escuchar al Padre
te pondrás de pie
y con esa energía de confianza y guerreros
continuarás el camino de aprendizaje
que crea historias en este planeta azul.

Cuando el Padre eterno te lleva al borde
De una situación ríndete en sus brazos
Solo dos opciones existen en él
o te sostiene cuando tú te caes
o te va a enseñar a volar…
Dios cierra puertas
que ningún ser humano puede abrir
y abre puertas
que ningún hombre puede cerrar. 

Autor:
Paul Andrey Zamudio

TESOROS DEL ALMA...

Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá adentro le decía: 
-”Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Pero recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal…”
La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y por las joyas, puso al niño en el piso y empezó a juntar, ansiosamente, todo lo que podía en su delantal. La voz misteriosa habló nuevamente. -“Tienes solo ocho minutos…”
Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas, corrió hacia fuera de la caverna y la puerta se cerró… Recordó entonces, que el niño quedó adentro y la puerta estaba cerrada para siempre. La riqueza duró poco y la desesperación… ¡para el resto de su vida!.
Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros. Tenemos unos 80 años para vivir en este mundo y una voz siempre nos advierte: “Y No te olvides de lo principal!”
Y lo principal son los valores espirituales, la oración, la vigilancia, la familia, los amigos, la vida. Pero la ganancia, la riqueza, los placeres materiales nos fascinan tanto que lo principal siempre se queda a un lado….
Así agotamos nuestro tiempo aquí, y dejamos a un lado lo esencial "Los tesoros del alma!”. Que jamás nos olvidemos que la vida en este mundo, pasa rápido y que la muerte llega inesperadamente.
Y que cuando la puerta de esta vida se cierra para nosotros, de nada valdrán las lamentaciones.
Ahora… piensa por un momento que es lo principal en tu vida.
“Que cosa extraña es el hombre: Nacer no pide, Vivir no sabe, Morir no quiere“

EL MAESTRO Y EL ALACRAN...

Un maestro oriental que vio como un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó.
Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?"
El maestro respondió:
"La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar".
Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma
precauciones.

LA NUBE Y LA DUNA...

Una joven nube nació en medio de una gran tempestad en el mar Mediterráneo. Pero casi no tuvo tiempo de crecer allí, pues un fuerte viento empujó a todas las nubes en dirección a África.

Ni bien llegaron al continente, el clima cambió: un sol generoso brillaba en el cielo y abajo se extendía la arena dorada del desierto del Sahara. El viento siguió empujándolas en dirección a los bosques del sur, ya que en el desierto casi no llueve.

Entretanto la nuestra decidió desgarrarse de sus padres y de sus más viejos amigos para conocer el mundo.

—¿Qué estás haciendo? —protestó el viento—. ¡El desierto es todo igual! ¡Regresa a la formación y vámonos hasta el centro de África, donde existen montañas y árboles deslumbrantes!

Pero la joven nube, rebelde por Naturaleza, no obedeció. Poco a poco fue bajando de altitud hasta conseguir planear en una brisa suave, generosa, cerca de las arenas doradas. Después de pasear mucho, se dio cuenta de que una de las dunas le estaba sonriendo.

Vio que ella también era joven, recién formada por el viento que acababa de pasar. Y al momento se enamoró de su cabellera dorada.

—Buenos días —dijo—. ¿Cómo se vive allá abajo?

—Tengo la compañía de las otras dunas, del sol, del viento y de las caravanas que de vez en cuando pasan por aquí. A veces hace mucho calor, pero se puede aguantar. ¿Y cómo se vive allí arriba?

—También existen el viento y el sol, pero la ventaja es que puedo pasear por el cielo y conocer muchas cosas.

—Para mí la vida es corta —dijo la duna—. Cuando el viento vuelva de las selvas, desapareceré.

—¿Y esto te entristece?

—Me da la impresión de que no sirvo para nada.

—Yo también siento lo mismo. En cuanto pase un viento nuevo, iré hacia el sur y me transformaré en lluvia. Mientras tanto, este es mi destino.

La duna vaciló un poco, pero terminó diciendo:

—¿Sabes que aquí en el desierto decimos que la lluvia es el Paraíso?

—No sabía que podía transformarme en algo tan importante —dijo la nube, orgullosa.

—Ya escuché varias leyendas contadas por viejas dunas. Ellas dicen que, después de la lluvia, quedamos cubiertas por hierbas y flores. Pero yo nunca sabré lo que es eso, porque en el desierto es muy difícil que llueva.

Ahora fue la nube la que vaciló. Pero enseguida volvió a abrir su amplia sonrisa:

—Si quieres, puedo cubrirte de lluvia. Aunque acabo de llegar, me he enamorado de ti y me gustaría quedarme aquí para siempre.

—Cuando te vi por primera vez en el cielo también me enamoré —dijo la duna—. Pero si tú transformas tu linda cabellera blanca en lluvia, terminarás muriendo.

—El amor nunca muere —dijo la nube—. Se transforma. Y yo quiero mostrarte el Paraíso.
Y comenzó a acariciar a la duna con pequeñas gotas.

Así permanecieron juntas mucho tiempo hasta que apareció un arco iris.

Al día siguiente, la pequeña duna estaba cubierta de flores. Otras nubes que pasaban en dirección a África pensaban que allí estaba la parte del bosque que estaban buscando y soltaban más lluvia. Veinte años después, la duna se había transformado en un oasis, que refrescaba a los viajeros con la sombra de sus árboles.

Todo porque, un día, una nube enamorada no había tenido miedo de dar su vida por amor.
Autor: Paulo Coelho

LOS DONES DE DIOS...

Un hombre entro en un local y vio a un señor en el mostrador. Maravillado con la belleza del lugar, preguntó:
-Señor, que se vende aqui?
-Los dones de Dios, le respondió el señor.
-Cuanto cuestan? volvió a preguntar.
-No cuestan nada! Aqui todo es gratis!
 
El hombre contempló el local y vió que habían jarros de amor, frascos de fe, paquetes de esperanza, cajitas de salvación, mucha sabiduría, fardos de perdón, paquetes grandes de paz y muchos otros dones.
El hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
-Por favor, quiero el mayor jarro de amor, todos los fardos de perdón y un frasco grande de fe, para mi, mis amigos y familia.

Entonces, el señor preparó todo y le entregó un pequeño paquete que cabía en la palma de su mano.
Incrédulo, el hombre dijo:
  -Pero, como puede estar aqui todo lo que pedí?
Sonriendo, el señor le respondió:
  -En el local de Dios no vendemos frutos! Solo semillas!! 
    SIEMBRALAS.

Desconocido

EL TAMAÑO DE LAS PERSONAS...

Una persona es enorme; cuando habla de frente y vive de acuerdo con lo que dice, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe con franqueza.

Pero es pequeña; cuando sólo piensa en sí misma, y les hace creer a los otros que piensa en ellos; cuando es poco gentil, cuando no colabora, cuando abandona a alguien en el momento en que más lo necesita. 

Una persona es gigante; cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento,  cuando sueña junto contigo… cuando trata de entenderte aunque no piense igual que tú.

Una persona es grande; cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra no sólo de acuerdo con lo que esperan de ella, sino con lo que espera de sí misma.

Pero es pequeña; cuando decepciona, cuando hiere, cuando actúa con orgullo, cuando no es solidaria, cuando miente, cuando no sabe pedir perdón.

Una persona es grande; cuando sabe dar, cuando no tiene miedo de recibir, cuando la caracteriza la alegría, cuando enfrenta la tristeza, cuando domina la ira.

Pero es insignificante; cuando desprecia, cuando olvida los favores, cuando sólo busca su brillo, sus intereses, su bienestar. Se empequeñece aún más cuando agrede, cuando falsea su testimonio, cuando mata con maledicencia.

Una persona es grande; cuando extiende su mano, cuando cierra su boca y abre su corazón  cuando su sensibilidad es tan grande como su tamaño…

Por eso…
Si te detuviste a admirar el increíble e interminable trabajo de una simple hormiga…
Si te asombraste e intentaste comprender la belleza admirable de un panal de abejas…
Si te detuviste para seguir la extraordinaria velocidad y la maravillosa habilidad de un picaflor en vuelo…
Si te sentaste en el suelo y ofreciste tu mano a  un perro para que pudiera lamerla…
Si te recostaste sobre la hierba y te deleitaste con el perfume mágico de una flor…

Si en silencio escuchaste la voz de las eternas olas del mar…
Si esbozaste en tus labios la misma  sonrisa que viste en aquel niño…
Si sentiste correr por tus mejillas las mismas lágrimas que viste descender tristes, por la cara arrugada de aquel pobre viejo…

"Si sentiste todo eso…
En verdad has vivido intensamente cada instante de tu vida, lo cual llenó de belleza tu alma, de amor tu corazón y sobre todo".

¡TE CONVIRTIÓ EN UNA PERSONA MUY GRANDE!

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