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LA EXISTENCIA DE DIOS...

En el vientre de una mamá había dos bebés. Uno preguntó al otro: "¿Tú crees en la vida después del parto?"
El otro respondió: "Claro que sí. Tiene que haber algo después del parto. Tal vez estamos aquí para prepararnos para lo que vendrá más tarde".
"Tonterías", dice el primero. "No hay vida después del parto. ¿Que clase de vida sería esta?".
El segundo dice: "No lo sé, pero habrá más luz que la que hay aquí. Tal vez podremos caminar con nuestras propias piernas y comer con nuestras bocas. Tal vez tendremos otros sentidos, que no podemos entender ahora. "El primero contestó: "Eso es absurdo. Caminar es imposible. Y ¿comer con la boca? ¡Ridículo!. El cordón umbilical nos nutre y nos da todo lo demás que necesitamos. El cordón umbilical es demasisdo corto. La vida después del parto es imposible."
El segundo insistió: "Bueno, yo pienso que hay algo y tal vez sea diferente de lo que hay aquí. Tal vez ya no necesitemos de este tubo físico.
"El primero contestó: "Tonterías, además de haber realmente vida después del parto, entonces ¿por qué nadie jamás regreso de allá?. El parto es el fin de la vida y en el post parto no hay nada más allá de lo oscuro, silencio y olvido. Él nos llevará a ningún lugar".
"Bueno, yo no lo sé", dice el segundo; pero, con seguridad vamos a encontrarnos con Mamá y ella nos cuidará.  
El primero respondió: Mamá, ¿tú realmente crees en Mamá? Eso es ridículo. Si Mamá existe, entonces, ¿donde está ella ahora?
El segundo respondió: Ella está alrededor nuestro. Estamos cercados por ella. "De ella, nosotros somos. Es en ella que vivimos. Sin ella, este mundo no sería y no podría existir".
Dice el primero: "Bueno, yo no puedo verla, entonces, es lógico que ella no existe. "El segundo le responde a eso: "A veces, cuando tú estás en silencio, si te concentras y realmente escuchas, tú podrás percibir su presencia y escuchar su voz amorosa allá arriba."

Así es como un escritor Húngaro explicó
la existencia de DIOS.

SI LOS SUEÑOS...

Si los sueños tuvieran un color, 
serían verdes,
Como la esperanza, la esperanza de realizarlos;

Si el alma tuviera un color,
sería azul,
Como el cielo, porque el cielo también es infinito.

Si el dolor tuviera un color,
sería negro, 
Como la oscuridad, la oscuridad que se siente en momentos de abatimiento;

Si la alegría tuviera un color,
sería amarillo,  
Como el sol, porque la alegría como el sol,
nos ilumina y nos calienta.

 Autor desconocido

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