Labels

LA VERDADERA CALMA...

Si las aguas están apacibles, la luna se reflejará perfectamente. Si nos apaciguamos, podemos reflejar lo divino. Pero si nos ocupamos exclusivamente de nuestras agitadas actividades diarias, si buscamos imponer nuestros esquemas al orden natural, y si nos quedamos atrapados en nuestras opiniones egocéntristas, la superficie de nuestras aguas se volverá turbulenta.

No existe ningún esfuerzo que podamos hacer para apaciguarnos.
La verdadera calma llega naturalmente en los momentos de soledad, cuando dejamos que nuestra mente se asiente. Así como el agua busca su propio nivel, la mente descansa en la tranquilidad.

El agua turbia por el barro se asentará si no se le perturba, así también se asentará la mente si se le permite estar en calma.

Ni la luna ni el agua hacen esfuerzo alguno para lograr su reflejo.

(Deng Ming Dao)

0 comentarios:

Seguidores..

PAGS. VISTAS