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RECOMENZAR...

Perdí un juguete que me acompañó en la infancia, pero gané el recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.
Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero gané la oportunidad de crecer y vivir libre. 
Perdí a mucha gente que quise y amo todavía, pero gané el cariño y ejemplo de sus vidas.
Perdí momentos únicos porque lloraba en vez de sonreír, pero; descubrí que es sembrando, como se cosecha amor.

Perdí muchas veces, muchas cosas en mi vida; pero junto a ese "perder", hoy encuentro el valor de "ganar".
Porque siempre es posible luchar por lo que soñamos y siempre hay tiempo para empezar de nuevo.
No importa en que momento te cansaste.
Lo que importa es que siempre es necesario recomenzar.

Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida y lo más importante creer en uno mismo...
¿Sufriste mucho en algún período?... ¡fue aprendizaje!
¿Lloraste mucho?... ¡sirvió para limpiar el alma!
¿Estuviste solo en un momento?... tal vez fue porque cerraste la puerta.
¿Te sentiste solo?... mira alrededor y encontrarás mucha gente que espera una sonrisa para acercarse más a tí.

Hoy es un excelente día para comenzar una nueva vida.
Deja correr el río de la vida, que se lleva las aguas que estás viendo, para que aparezcan ante tus ojos las que no viste y que están viniendo.
Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor; la vida nos trae aquello en lo que ponemos nuestra atención.
Si pensamos pequeño, vendrá lo pequeño.
Si pensamos en lo mejor, en positivo y luchamos para alcanzarlo, eso llegará.
Recuerda: aquellos seres cuyas vidas has tocado y aquellos que te han dejado su huella, siempre ocuparán un lugar especial en tu corazón.

Confia en la vida, confia en tí y... ¡recomienza!
 Caminando por la vereda del Sol

MIRANDO LAS ESTRELLAS...

Mirando las estrellas me di cuenta, que en cada una de ellas existe un paraíso.

Mirándolas descubrí la infinidad de cosas que nos perdemos. Ellas, que están allá, tan lejos, al menos sobreviven con su pequeño brillo; y nosotros aquí, tan llenos de todo, nos sentimos morir cuando algo se termina.
Mirando las estrellas comprendí, el poco valor que le damos a la vida, cuando ésta nos quita cosas pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos.

Hoy sin pensar vi volar una estrella en su gran mundo. La vi volar sin rumbo y la noté perdida, pero me di cuenta de que no, que sólo en nuestro mundo existe la soledad, ya que ellas conviven con su Creador y por eso siguen brillando.

En cambio nosotros, pensamos que estar solos es el fin de la vida y no nos damos cuenta que a veces la soledad, nos ayuda a encontrar esas respuestas que Dios susurra a nuestra conciencia.

Mirando las estrellas pude ver que la felicidad llega cuando menos la esperamos. . .

Hoy mirando una estrella, sentí el calor del amor que se fue... Y descubrí que en ella están los sueños, los besos y aquel tiempo que un día se perdió.

Comprendí que el amor tiene un millón de vueltas, que a veces nos sorprende y nos da felicidad, y otras veces se transforma en lo peor que hay.

Aprendí a sonreír y a ver la realidad. Mirando a una de ellas, pude ver algunas cosas:
Que no sirve el orgullo cuando existe amistad…
Que no sirve llorar cuando un amor se va…
Que no existen fronteras cuando tenemos vida…
Y que aprender a vivir, es lo mejor que hay.
Autor: José Luis Prieto

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